En Marset están convencidos de que hacen algo más que lámparas. Cuidan la luz en sus distintos matices y efectos, para crear atmósferas con carácter, ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas. De ello, precisamente, nace su vocación por el buen diseño. Es decir, por un producto de formas austeras que genera una luz bella y creadora de efectos. Buen diseño entendido como la ejecución impecable de cada proyecto, a lo cual dedicamos sus más grandes esfuerzos. Porque buscan un objeto bien hecho, que sea asimismo capaz de innovar y sorprender, de emocionar y acompañar. Sus lámparas son, ante todo, productos tangibles capaces de perdurar en el tiempo.